lunes, 10 de noviembre de 2008

OCHO SÍMBOLOS EN LA IMAGEN DE

Santa María de Guadalupe viene a evangelizarnos, viene a entregarnos a Cristo y lo hace por medio de un lenguaje universal, el lenguaje de los símbolos. El Hijo de Dios también quiso revestirse de lo humano.
En el estampamiento hay un intercambio: Juan Diego da lo que tiene, su disponibilidad y la Santísima Virgen pone lo de Ella, lo maravilloso, y se adapta a los defectos del material que se le ofrece.
Todo arranca de una Imagen, pues Dios creó al hombre a su Imagen y Semejanza.Podrían mencionarse ocho símbolos en la Imagen de Santa María de Guadalupe: EL AYATE - LA TUNICA - EL MANTO - EL PIE SOBRE LA LUNA - LA LUZ - LA GRAVIDEZ - EL ANGEL - EL ROSTRO.
El Ayate - Vestidura de ixtle, fibra extraída del maguey. La estrecha relación entre la Imagen de María que lleva a Cristo en su seno y el ayate o vestidura de Juan Diego nos recuerda que Dios nos hace partícipes de la naturaleza divina.
La Túnica - Es rosada con extrañas flores sobrepuestas que parece que han brotado en una buena tierra, de las cuales es notoria una más pequeña, de cuatro pétalos, que se encuentra sobre el vientre de la Virgen y es de gran significado porque representa, en las culturas indígenas, la morada de Dios, el centro de la historia, el origen de la vida, la plenitud. Y en el cuello, sobre la túnica, se distingue una cruz que en las culturas indígenas mesoamericanas tenía la misma significación que la flor de cuatro pétalos: era signo de plenitud y de inmortalidad, lo que para los cristianos es signo de redención
3) El Manto - Representa al cielo con sus estrellas. Es de color azul verdoso, del color del jade y de la turquesa, símbolos de la realeza y de la virginidad y tal parece que envuelve a la tierra, representada por la túnica
4)-Pie sobre la luna - La posición del cuerpo de la Santísima Virgen nos muestra que tiene flexionada su pierna izquierda - nos habla de su andar, su peregrinar - es la peregrina de la fe. Nos habla también de danza; la danza en las culturas precolombinas era fiesta y oración - es la orante que no desfallece, el tipo de la Iglesia en oración.
5)-La luz - María de Guadalupe aparece convertida en sol - de su interior irradian luz y llamas - es la Madre del Niño Sol que la transforma en ascua, es una antorcha, está llena de gracia, de Espíritu Santo. El resplandor de luz blanca que sale de su cuerpo es mucho más intenso de la altura de su vientre hacia abajo. Su vientre es la fuente de la luz. Nos invita a vivir como hijos de la luz
8)-La gravidez - Su gravidez se descubre por los extremos del cinto con que está ceñida: bajan de más arriba de la cintura y permiten ver el abultamiento de su vientre. La Virgen convertida en Sol aparece llevando en su seno al Niño Sol, a punto de nace.
El ángel - Para la mirada occidental el ángel es un mensajero; para los indígenas es un hombre con alas preciosas, por tener alas de águila; el color trigueño de su tez como el de la Santísima Virgen lo hace semejante a Ella, así como el color de sus alas, semejante a su vestimenta quiere decir: "Soy su sangre, su color; soy de su linaje, soy su hijo." Por tener rasgos humanos este "ángel" tiene la posibilidad de hablar; es un mensajero porque tiene grandes ojos y grandes orejas; en su mano derecha lleva el cielo, en la izquierda lleva a la tierra; es un mediador, un intercesor. Es portador de algo divino porque lleva a María Santísima y Ella lleva a Cristo.
El rostro - Los rasgos del rostro de la Santísima Virgen no son ni de una española ni de una india, son mestizos: tez trigueña, ojos claros, majestad atractiva, serenidad afectuosa, párpados entre cerrados porque está en oración con la mirada baja, hacia su vientre que es el lugar donde se halla la Persona objeto de su oración: Jesús, que está a punto de nacer. Sus rasgos delatan la alegría interior, es la Madre de Dios. Con su serenidad bondadosa nos habla de su misión, es colaboradora de Cristo y está viviendo el momento más importante para la salvación del mundo: está a punto de darlo a luz.

Sus rasgos mestizos preanunciaron lo que hoy es una realidad: una nueva humanidad preñada de Cristo, la estirpe mestiza iberoamericana, el nuevo pueblo cristiano.
"ES UN SIGNO DE COMUNIÓN Y DE UNIDAD DE TODOS LOS QUE TENÍAN QUE VIVIR Y CONVIVIR EN ESTA TIERRA" (S.S. Juan Pablo II, misa de beatificación de Juan Diego).
La civilización del amor, o sea la Nueva Evangelización a la que Dios está llamando a la Iglesia por medio del Papa, tiene ya una pauta y un camino: es el que marcó María de Guadalupe, Estrella de la Evangelización cuando vino a entregar a Cristo en las tierras de América

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